Dado que los materiales viven, los suelos se mueven y, al vivir y moverse, afectan la calidad de la construcción, su seguridad y su confort, muchas estructuras y construcciones requieren una observación constante u ocasional. La amplitud de una grieta varía a lo largo de las estaciones o años, por lo que la instalación de un testigo es esencial para conocer con precisión su evolución. La instalación de testigos permite medir a lo largo del tiempo el agravamiento, la estabilización e incluso los ciclos de evolución de las grietas. Las lecturas regulares definirán la tendencia del problema. La estabilización del fenómeno permitirá la reparación de las grietas y los revestimientos correspondientes. Por ejemplo, antes de cualquier obra de renovación de fachadas, es fundamental identificar el origen de las grietas, así como su evolución, ya que si provienen de movimientos del edificio, reaparecerán al finalizar la obra, y la renovación habrá sido en vano.